La ciencia detrás de las “posesiones demoníacas”

Daniel Villalpando
4 min readMar 17, 2017

Las creencias sobre espíritus y cosas demoníacas tienen la misma edad que la humanidad, anteriormente las personas discapacitadas eran catalogadas con problemas que relacionaban directamente con maldiciones de los dioses e incluso en la edad media, la iglesia jugó un papel crucial al considerar los trastornos mentales como producto de una voluntad sobrenatural, donde la confesión era el medio para la sanidad (inquisición). En pleno siglo XXI aún se siguen escuchando historias como estas, no solo en las películas de terror, sino también en la vida real, es interesante saber lo que postula la ciencia sobre esto.

Los síntomas que presenta una persona “poseída” son: Hablar lenguas no conocidas, fuerza notablemente superior a la normal, aversión a todo aquello que se considera sagrado, agresiones físicas, reacciones de furia, desintegración de la personalidad, cambios en la voz, entre otras tantas no comprobables como la levitación. Para los creyentes la forma de liberar a la persona del demonio que se ha dispuesto a habitar en él, es un exorcismo, el cual consiste en utilizar un método religioso para expulsar al demonio de una persona u objeto. La iglesia católica se rige bajo ciertas normas estrictas sobre este tema y aunque tiene a sus propios sacerdotes entrenados para combatir este mal nombrado mal, también ellos ponen en duda muchos de los casos que les son enviados, tal vez para no ensuciar su ya de por sí deteriorada credibilidad.

Por otro lado la ciencia ofrece investigaciones que sugieren que estas manifestaciones podrían ser un medio de expresión ante la angustia en situaciones poco favorecedoras y sin esperanza. La medicina y la antropología han enmarcado la supuesta “posesión” dentro del trastorno de identidad disociativo (F.44). Se llevó una investigación en Uganda, lugar donde se diagnostican muchos casos de posesiones y se llegó a la conclusión de que las personas poseídas presentan similitudes con personas que sufren trastornos disociativos los cuales se dividen en:

Amnesia disociativa que se caracteriza por una incapacidad de recordar información importante, generalmente de naturaleza traumática o estresante.

Fuga disociativa caracterizada por viajes repentinos e inesperados lejos del hogar o puesto de trabajo, acompañados de incapacidad de recordar el pasado, confusión de la propia identidad y asunción de otra identidad.

Trastorno de identidad disociativo (conocido anteriormente como personalidad múltiple) que se caracteriza por la presencia de uno o más estados de personalidad que controlan el comportamiento del individuo de modo recurrente.

Trastorno de despersonalización donde se tiene una sensación persistente de distanciamiento de los procesos mentales y del propio cuerpo.

El desarrollo de los trastornos disociativos ha estado ligado al abuso físico o sexual en la infancia. La disociación puede considerarse adaptativa porque reduce el intenso dolor emocional causado por un trauma producido en la infancia. Otros factores que propician una disociación se dan en las familias que los padres son amenazadores, imprevisibles o que utilizan una comunicación altamente contradictoria. Se han encontrado números casos de esquizofrenia (F.20) que se han confundido con una posesión, ya que este trastorno presenta alucinaciones auditivas o visuales, despersonalización, creencias irracionales, paranoia, etc.

En otras investigaciones realizadas por Josep Dalmau quien por varios años realizó estudios, obtuvo como resultado que los síntomas de supuesta posesión se debían a un tipo de encefalitis autoinmune que ataca las células nerviosas provocando el mal funcionamiento del cerebro. La mayoría de estos pacientes tienen los siguientes síntomas: alteraciones de la conducta, agitación, dificultades en el habla, problemas en la memoria, llegan a una situación comatosa en la que es imposible comunicarse con el paciente, se pueden sufrir alteraciones consistentes en movimientos anormales de los ojos, de la lengua, así como arqueos del cuerpo. Sin algo de información cualquiera podría confundir un simple ataque epiléptico con demonios.

La ciencia ha avanzado a grandes pasos para explicar muchos de los fenómenos que vivimos, sin embargo aún falta mucho que descubrir, es decisión de cada persona elegir en qué creer, aunque algunos casos como los de la joven alemana Annaliese Michel quien inspiró la película del exorcismo de Emily Rose, fue diagnosticada desde pequeña con epilepsia, sufría alucinaciones y una seria depresión, su muerte fue trágica ya que murió a consecuencia de trastornos circulatorio, neumonía y anemia, sus padres y dos sacerdotes fueron juzgados y condenados por no haber recurrido a la medicina y haber preferido los rituales de exorcismo. No es posible que con el acceso tan fácil a la información se elijan las creencias sin tomar en cuenta las evidencias disponibles y que resaltan la inteligencia humana, las explicaciones que ofrece la ciencia se basan en años de investigación, comprobable y replicable, debemos decidir creer con criterio y con responsabilidad.

“La ciencia es el padre del conocimiento, pero las opiniones son las que engendran la ignorancia.” Hipócrates.

Psic. Daniel Villalpando Juárez

Twitter: @danielrhayader

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